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MERCEDES 500K AUTOBAHNKURIER
Las primeras autopistas de la historia en la Alemania de los años treinta, fueron la fuente de inspiración para que Mercedes-Benz proyectara un deportivo tan especial como el 500 K Autobahnkurier. Estas autopistas fueron parte del proyecto de crecimiento orquestado por el gobierno Nacional Socialista tras acceder al poder en 1933. Con este tipo de obras arquitectónicas de gran tamaño se pretendía acabar, aunque sólo fuera por un corto periodo de tiempo, con la enorme tasa de paro que Alemania tenía en aquel momento. El rearme tras la debacle sufrida en la Primera Guerra Mundial fue otra de las fórmulas escogidas para revitalizar la economía alemana, pero esto ahora no toca.
Las «Autobahn» se convirtieron en el gran eje vertebral de la nueva Alemania, vías rápidas de dos carriles con asfalto de cemento plagadas de largas rectas y de robustos puentes que las cruzaban. Uno de los tramos más famosos de estas autopistas fue el comprendido entre las localidades de Frankfurt y Darmstadt. Un trayecto casi recto en su totalidad que fue usado por las dos grandes marcas de automóviles alemanas del momento, Auto Union y Mercedes-Benz, para establecer récords de velocidad.
De esta disputa nacieron en octubre de 1937 las “Rekordwoche” o semanas de record en las que las dos marcas alemanas que competían en el Campeonato de Europa de Grand Prix (Auto Unión y Mercedes Benz) luchaban por alcanzar la máxima velocidad punta sobre las recién creadas autopistas alemanas, las «Reichautobahn». El gran instigador de esta nueva competición no fue otro que el Korpsführer Adolf Hühnlein, responsable máximo de la entonces Federación Automovilística Alemana bautizada como ONS -Oberste Nationale Sportbehörde für die Deutsche Kraftfahrt- y de la NSKK -National Sozialistisches Kraftfahrer Korps-, organización paramilitar que controlaba los pilotos alemanes.
La competición consistía en lograr el máximo registro en un kilómetro lanzado, en ambos sentidos, tal y como marca la reglamentación que todavía hoy sigue vigente en las distintas categorías de récords de velocidad sobre tierra. Al principio, se usaban los mismos coches con los que competían en los Grand Prix con una carrocería aerodinámica ligeramente evolucionada. La competición fue tan reñida que ambas marcas llegaron a crear coches concebidos única y exclusivamente para el récord de velocidad.
Uno de ellos fue el Auto Union Tipo C V16 Stromlinewagen con el que el malogrado Bernd Rosemeyer perdió la vida el 28 de enero de 1938 tras impactar su aerodinámico bólido contra un pilar de autopista a cerca de 430 km/h. El nuevo responsable de competición de Auto Unión, en sustitución de Ferdinand Porsche, Eberan-Eberhorst había dotado al Auto Unión con unas faldillas laterales que hacían un primitivo efecto suelo con tal de aportar mayor estabilidad a alta velocidad. Un diseño que apareció 40 años antes que Colin Chapman lo introdujera en el Mundial de Fórmula 1 con sus Lotus.
El bravo piloto alemán hizo caso omiso a todas las recomendaciones de retrasar su intento de récord a la espera de unas mejores condiciones climatológicas, y quiso salir a batir el registro de Caracciola a toda costa, se supone que una fuerte racha de viento desestabilizó su Auto Union cuando se encontraba cerca de su velocidad máxima. Rosemeyer trataba de batir el récord logrado justo el día anterior por Rudolf Caracciola a los mandos de su nuevo Mercedes-Benz W125 con carrocería aerodinámica fijado en una media de 432.69 krn/h sobre el kilómetro lanzado.
Esta tragedia hizo que esta carrera por los récords se detuviera para concentrar los esfuerzos de la industria alemana en un solo objetivo, el T80.
Precisamente las nuevas autopistas del Reich fueron la fuente de inspiración con la que los ingenieros de Mercedes-Benz crearon las variantes aerodinámicas de sus grandes deportivos del momento, bautizadas Autobahnkurier.
El automóvil más deportivo de calle del momento, el Mercedes-Benz 500 K, necesitaba una carrocería aerodinámica para aprovechar todo su potencial y fue así como estos exclusivísimos automóviles nacieron. En esa época y precisamente en ese país, el futuro no se imaginaba, se convertía en realidad.
Mercedes-Benz dominaba a placer la competición de Grand Prix con lo que disfrutaba de una excelente imagen como marca deportiva. Sus modelos eran muy lujosos y potentes, pero siempre muy aburguesados. Con los Autobahnkurier se dio lugar a una nueva saga de deportivos de altas prestaciones, unos modelos que hoy podríamos considerar como los primeros antepasados de los superdeportivos, o sus abuelos casi.
Tan sólo seis Autobahnkurier fueron construidos, dos unidades con motor 500 K y cuatro con 540 K. De todos ellos tan sólo sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial dos unidades y ambas con mecánica 540 K. Una de ellas estuvo en España hasta hace bien poco, en manos de un conocido oftalmólogo catalán. Tras curar a un jeque árabe de unas cataratas en los años treinta, éste último encargó el coche más especial del momento para quien le había devuelto la vista. Desgraciadamente este magnífico ejemplar ya no se encuentra en nuestro país, al menos nos podemos conformar con que sigue luciendo la matrícula original B-69475 en sus apariciones regulares en concursos de elegancia como el de Villa d’Este.
La reputada tienda de Hamburgo E.Thiesen KG nos trae directamente desde su escaparate esta magnífica recreación realizada sobre un 500 K original de 1936 con «matching nurnbars» algo que quiere decir que los números de chasis y de motor coinciden con los de origen, nº 130930.
Entre los 500 K Y 540 K Autobahnkurier, además de la mecánica, existen leves detalles a nivel estético que los distinguen entre sí. Como los dos únicos Autobahnkurier supervivientes corresponden a los 540 K, esta recreación ha sido creada a imagen y semejanza de los desaparecidos 500 K. Se ha construido siguiendo los mismos patrones de trabajo de la época y recreando escrupulosamente todos los detalles. Tanto en los materiales empleados como en las formas de la carrocería, ésta recreación es exactamente idéntica a los Autobahnkurier originales. Algunos rasgarán sus vestiduras por haber despojado de su carrocería original a un 500 K, sin embargo, tenemos que quitarnos el sombrero ante este gran atrevimiento.
En la época, Mercedes-Benz entregaba el conjunto chasis-motor al cliente y éste decidía de qué forma y qué carrocero vestía su coche. Lo que se ha hecho ahora es algo que ya se hacía entonces, con lo que ¿por qué no hacerlo ahora?.
En aquel momento los deportivos de Stuttgart montaban un motor de ocho cilindros en línea cuya potencia era más que suficiente para lanzar a los 500 K Y 540 K a gran velocidad por las «Autobahn». La K que acompaña a ambas denominaciones de motor corresponde a Kompressor -si están familiarizados con los actuales modelos de la marca sabrán que hoy en día esta nomenclatura sigue vigente gracias al compresor volumétrico que sobrealimentaba el motor con la potencia aumentada en más de un 50%. La sobrealimentación era algo que sólo se empleaba en momentos puntuales, pues el coche, en modo estándar, funcionaba con motor atmosférico y cuando el conductor lo requería entraba en acción el citado compresor.
Este «nuevo» Auto-bahnkurier cuenta con un 8 cilindros en línea de 5.4 litros capaz de rendir 115 CV, pero su potencia máxima asciende hasta los 180 CV cuando el compresor entra en funcionamiento.
Imaginen contar con esta afilada carrocería aerodinámica y con 180 CV bajo el pie derecho en las casi desiertas autopistas de la Alemania de los años treinta, una combinación idónea para superar los 180 km/h. Todo un hito para un coche de calle de entonces, sobre todo si tenemos en cuenta el diámetro, la anchura y el agarre de los neumáticos Continental 6.50 – 17 empleados en aquel momento, así como el mordiente de los equipos de freno.
La recreación ha sido llevada a cabo siguiendo recomendaciones indicadas por la propia Mercedes-Benz con lo que se ha contado con planos y documentos originales de la época para dar lugar a esta fiel reproducción. El habitáculo está, al igual que el resto del coche, en un estado de concurso. Relojes, tapicería, todo parece recién salido de la fábrica que Mercedes-Benz tenía en Sindelfingen -afueras de Stuttgart- y donde se fabricaron los auténticos Autobahnkurier, junto al resto de modelos especiales.
La carrocería de este automóvil sigue siendo hoy algo fuera de lo común, un objeto vanguardista adelantado a su tiempo que cautiva tanto por su rareza como por su belleza. Una carrocería inspirada en los coches de carreras que surcaban las Autobahn para lograr la máxima velocidad punta. Un hito del diseño de los años treinta que hoy está al alcance de muy pocos pues E. Thiesen KG lo tiene a la venta por algo más de 2 millones de euros, una cifra un tanto prohibitiva para la gran mayoría .
Ficha técnica Mercedes-Benz 500 K Autobahnkurier
Motor: Tipo 8 cilindros en línea OHV 16V
Cilindrada: 5.400 e.e.
Potencia: 180 CV con compresor
Potencia: 115 CV sin compresor
Alimentación: Carburador
Transmisión: Tracción trasera
Embrague: Monodisco en seco
Cambio: Manual de 4 velocidades
Chasis: De sección rectangular
Suspensión delantera: Dobles brazos
Suspensión trasera: Eje rígido
Frenos: de tambor
Dimensiones: Largo 5.170 mm, Ancho 1.880 mm, Alto 1.520 mm
Batalla: 3.290 mm
Vías del.1 tras.: 1.535 /1.547 mm
Peso: 1.700 kilos
Depósito de combustible: 110 litros
Llantas: de 7 x 17″
Neumáticos: 6.50-17
Velocidad máxima: 180 km/h
Consumo medio: 27 1/100 km